Hoy voy a hablaros de mis recuerdos veraniegos en el Norte de Burgos, en las merindades de Castilla, tierra sana, bella, verde y natural como sus gentes, personas trabajadoras y de palabra. Serias y educadas.
Buenas personas!
Los abuelos de mis hijos son de Villarcayo y alli tienen un apartamento precioso que da al Soto, una amplia zona de recreo que lleva al rio Nela, un río habilitado para el baño, y que confiere al pueblo un atractivo turístico , convirtiéndolo en una ciudad con tradición veraniega. Muchos buscan alli la paz y la tranquilidad del campo ; los fines de semana y verano el pueblo recibe muchos visitantes deseosos de disfrutar su hermoso paisaje.
Me traslado a mi juventud, final de los setenta, principios de los ochenta..
Las verbenas en la plaza del pueblo donde la orquesta tocaba en el kiosko de música , las canciones del verano, me vuelven los recuerdos... yo bailando con mi suegro.. .Siempre le han vuelto loco los pasodobles. Las mujeres bailando entre ellas, con las mejillas rojas de la alegría por las fiestas de agosto festividad de San Roque.
Esas fiestas de los pueblos que significaban la vuelta a su tierra en verano a tantos que habían emigrado a las grandes ciudades, como Madrid, Bilbao, Barcelona donde irremediablemente, regresaban porque sus raices buscaban el abono de la tierra que les había dado la vida.
Esos veranos en que, ya era madre de mi hijo Sergio, con 17, 18..hasta los veintialgo años en que nunca faltábamos mi ex marido y yo a nuestra cita estival.
Ya he contado alguna vez que aprendí a cocinar de la mano de mi ex suegra y del libro de Simone Ortega 1080 recetas de cocina.
Añoro la leche recién ordeñada que hervía por las tardes y con las que Lucre nos preparaba los desayunos, su magnífica mantequilla casera y los bocadillos con una deliciosas tortas de pan de leña, que le hacía a mi hijo de nata y azucar para salir al Soto a jugar.
Y como no, también me enseño a comprar.. a diferenciar las calidades, de los pescados, de las carnes, de las verduras y de los embutidos.
Pues bien la receta que hoy publico para el concurso de embutidos Rios, está hecha con la morcilla de Villarcayo que nosotros comprabamos alli, porque hace 35 años ya se comercializaba con esa marca y ya tenía fama de muy buena.
Recuerdo la vuelta de ellos a Madrid, con el taxi que les servía de medio de vida, hasta arriba de aquellas morcillas y chorizos, hasta recuerdo a mi pequeño Sergio ..un día que tenía morcillas para comer.
El tendría unos 6 años, yo 22, y no le hacía mucha gracia la morcilla, pero sí le encantaba jugar al futbol:
-"Mami, mami no quiero morcilla"
-"Sergio ha salido por la tele el entrenador de la selección y ha dicho que uno de los trucos de los futbolistas para meter goles es comer morcilla el dia del partido"
-"Echame, echame... más... qué esta tarde he quedado a las 6 en el campo del futbol"
Se comio 2 morcillas enteras, con los ojos brillando con la ilusión del juego.
Se comio 2 morcillas enteras, con los ojos brillando con la ilusión del juego.
Cuando volvio llorando amargamente que no sólo no había marcado ningún gol sino que habían perdido el partido, tenía una cara tan grande de decepción que me prometi a mi misma, que nunca, nunca volvería a engañar a mis hijos. No es fácil aprender a ser madre con ninguna edad pero con la que yo tenía menos.
Me di cuenta que tenía que enseñarle que la confianza en uno mismo la proporciona el trabajo, el esfuerzo y la constancia, que son los que pueden llevarte a la superación y al triunfo y que mamá le había engañado para que comiera bien y que nunca más lo volvería a hacer.
Entonces recuerdo, que se seco las lagrimas me dio un beso y me dijo con cara de orgullo maltrecho pero recuperado.
-"Ya me imaginaba que eso de las morcillas era muy raro porque sino todos los jugadores de futbol serían de Villarcayo"...
En honor a todos esos recuerdos y a los buenos momentos vividos quiero participar, con esta tapa en su concurso
" Con esta receta participo en el concurso organizado por el blog "Pinchos y Canapés" patrocinado por Embutidos Rios y la colaboración del Hotel grupo Don Pablo"
Fotos de El Soto y las piscinas naturales del Río Nela: Villarcayo (Burgos) de la web: http://www.villarcayo.net/
Ingredientes para 14 o 15 pinchos:
-1 morcilla de Villarcayo (Burgos)
-3 huevos batidos
- 2 cucharadas grandes de piñones
-Albahaca picada
-Pan rallado, aceite de oliva virgen extra y sal y una pizca de azúcar.
-Pasta para canelones o lasaña
Salsa de piquillos:
-2 dientes de ajo picados
-8 pimientos del piquillo de frasco o lata (200 gr)
-100 cl. de leche evaporada ideal (equivalente a 1/2 vasito de vino podeis poner en su lugar nata, pero a mi me resulta más ligera asi)
Elaboración:
1.-Elaboramos la pasta según instrucciones del envase, o bien ponemos a cocer o a remojo como es mi caso hoy. Reservamos. Precalentamos el horno a 200º calor arriba y abajo.
2.-En una sarten a fuego lento (al 3 en mi vitro) añadimos un poco de aceite (1 cucharada) de oliva y los dientes de ajo, cuando empiecen a coger color, echamos los pimientos del piquillo enteros, una pizca de sal y una pizca de azúcar, dejamos hacer 10 minutos. Apagamos el fuego y dejamos templar.
3.- Trituramos los pimientos y su jugo junto con la leche evaporada y reservamos.
4.- En la misma sartén le quitamos la piel a la morcilla y desmenuzamos y con otras 2 cucharadas de aceite freimos a fuego no muy fuerte (en mi vitro al 5), cuando vemos que ya va cogiendo color, echamos una de las dos cucharadas de piñones y seguimos moviendo con cuidado no se nos queme..
Añadimos los huevos batidos y movemos, cuando veamos que empiezan a cuajar un poco, apagamos, picamos un poquito de albahaca y se la añadimos. No tienen que cuajar del todo queremos un relleno con un sabor suave y jugoso.
5.-Rellenamos los canelones y los colocamos en una fuente de horno, en su fondo y por encima , ponemos la salsa de pimientos, el resto de los piñones, un poco de pan rallado y pintamos con un poco de aceite de oliva virgen extra.
Metemos al horno hasta que cojan un ligero color dorado (en mi horno 5 minutos).
Para emplatar sólo nos queda cortar los canelones de tamaño de bocado, pintar el platito de la tapa con un poco de salsa y adornar con una hojita de albahaca.
Los apasionados de la morcilla, como es mi caso vais a encontrar un sabor muy cremoso de la morcilla en la boca, con un ligero dulzor de la salsa de piquillos, un aroma a albahaca y dos toques crujientes que le proporcionan los mismos piñones y un poco la pasta que, al paso del horno con el aceite adquiere una textura, más dente que sólo cocida.
Mientras yo brindo con vosotros por Villarcayo, por mis recuerdos y por los pasodobles que baile en su plaza..me encantaría volver!
Mantequilla y leche casera?, menudo espectáculo. Qué bonitos recuerdos, y qué buen aspecto lo que hoy nos has preparado. Me encanta!
ResponderEliminarLa tapa, tal cual, ya se merece un premio, pero tus introducciones, por entrañables, también.
ResponderEliminarEl canelón de morcilla, te ha quedado genial.
¡Y yo que pensaba que el canelón era un rama de canela gorda!. Lo que se aprende por estos lares.
Besos
Jorge.
los canelones geniales y tu post como siempre no me cansare de decirlo me encanta leerte bsss guapa
ResponderEliminarBuenos dias, como siempre una entrañable y preciosa historia de tu vida, para una no menos espectacular receta hecha a base de buenos productos y grandes recuerdos.
ResponderEliminarSuerte en el concurso.
Un abrazo malagueño.
Muchas gracias..me ha encantado la receta, como siempre ..como todas las que leo en tu blog.
ResponderEliminarLos recuerdos me encantan..me he reído con lo de tu hijo..qué graciosa!.
Mucha suerte.
Tu receta ha sido la primera que hemos recibido!!.
Un abrazo.
Madre mía qué buenos, pero con estos canelones habrá que dejar la operación bikini e ir directamente a la de estética,jajaja. Mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarUn beso
Ayyy Helena!!! mira que no es hora de tener hambre, pero me has hecho salivar mi arma!! me encanta la morcilla, de hecho mi padre la encarga en siempre el La Zubia, extra de picante y extra de piñones jejeje. Este pincho con la salsa de piquillo, que es deliciosa siempre tiene que estar de diez. Y de tus recuerdos que decirte, que nos llevas a tu vida de la mano y que eso nos encanta, por lo menos a mí, para acercarnos un poco más. Besos!!
ResponderEliminarDios mío helena! Esto es demasiado pal body! Tenemos que hacer un blogtellon por aquí en Granada, donde cada uno lleve un plato preparado!! Mmmmmm ya se que me gustaría que trajeses jejejejje un beso guapa!!
ResponderEliminarTremenda la tapa y preciosa la historia, como siempre.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso, pero que sepas que espero que quedes segunda, jejeje... ¡porque voy a por él!
Indudablemente un bocado muy rico, a mi que me apasiona la morcilla me ha parecido una delicia. Me ha encantado!
ResponderEliminarBss.
Una historia entrañable... ¿Quién no recuerda los veranos de su infancia?, Mare miaa jeje!..
ResponderEliminarLos canelones se ven una delicia, no se me habría ocurrido. Me encanta la morcilla.
Besos.
¡¡Deliciosos los canelones!! (y genial la historia... me encanta es forma de contar las cosas)
ResponderEliminarAy Elena tus entradas son tan intensas que luego tengo mucho que comentarte jajaja. Lo primero, me muero por la morcilla así que me llevo la receta.
ResponderEliminarEsa leche, esa mantequilla y esas tortas...ufff se me ha hecho la boca agua, eso si que es un lujo.
Tendré en cuenta lo de no engañar, a mí no me gusta hacerlo, pero eso me parece que es incentivarles jajaja, en mi casa Spiderman que está de moda come proteínas y fruta y un poco de todo para no perder su fuerza!
Que exquisita tapa nena...!!! Y que preciosos recuerdos, relatados siempre con esa ternura que te caracteriza...Gracias y no cambies nunca...!!!
ResponderEliminarBss
precioso relato :) qué bonitos recuerdos :)
ResponderEliminarUn besote!!
Después de leer tu relato me voy con una sonrisa Helena..Hoy no tengo un buen día me encartas criatura jejjeee. Haré tu receta la morcilla nos chifla.Suerte bonica muaaaaaaaaa
ResponderEliminarSegún estaba lellendo la receta las tripas me sonaban, que receta mas buena.
ResponderEliminarbueno no se de que me extraño con las manos que tienes tu para cocinar,
Un abrazo muy fuerte amiga
Se ve de sabroso, que cosa tan rica.
ResponderEliminarSaludos
Que bonito tener recuerdos así. Pero hoy los ojos se me van a la receta. Madre mía Helena, no puedo dejar de mirarla me tiene hipnotizada........eso tiene que saber a gloria.. Lastima que aquí la morcilla de arroz no se encuentre.
ResponderEliminarBesinos
Helena que rico ese canelon claro para mi que me encanta la morcilla
ResponderEliminar¡¡besos¡¡
Mira, no soy muy fan de la morcilla, las ví hacer de pequeña en el caserío de mi padre (mi abuela dando vueltas y mas vueltas a la sangre y me puse mala) y me dió cosa, pero yo confieso, también les he metido a mis hijos "mentiras piadosas", jajaja.....
ResponderEliminarUn besazo Helena
Marialuisa
Te deseo amiga Helena la mejor de las suertes, el anterior quedamos terceros con un timbal de habitas y morcilla...creo que recordaras...!!! Bueno a lo que vamos me encanta este canelon que nos presentas...y mas la entrada llena de nostalgia...una tierra increible Burgos...Nosotros en mi pueblo todavía tenemos leche de vaca como dice mi Triana...!!!
ResponderEliminarQué historia más bonita y emotiva. Como cocinera eres muy buena, pero todavía me gustas más como narradora.
ResponderEliminarUn abrazo.
Elisabeth
Helena, me encanta la morcilla y como la has preparado en ese canelon resulta irresistible. Me ha encantado tu narración de los veranos en Villarcayo, me parece estar viviendo los míos en un pueblecito de Valladolid. Suerte en el concurso. Un abrazo, Clara.
ResponderEliminarSiempre que te leo alguna lagrimilla me cae sin querer. Nos has convertido en parte de tu vida con tus historias, pareciera que estamos alli.....
ResponderEliminarEsa tapa es una delicia. Me encanta la morcilla de todas las formas....Suerte en el concurso.
Hoy vamos a comer fabada, al final en casa de mi madre. Nos acordaremos de ti. Besos.
Mmmm, que pinta!! Sin duda tengo que probarlos, y lo haré en la próxima comida familiar, porque dudo que lo hayan probado nunca y les encantará... Gracias por compartir la receta, ya te contaré el resultado! Me encanta tu blog, por cierto :) Te sigo, nos leeremos a menudo jejeje... Besos!!
ResponderEliminarbonita historia!! :) y vivan las exsuegras si aprendiste a cocinar de ella pues lo haces de maravilla. el canelon tiene muy buena pinta yo la morcilla no la como pero mi marido si la viera uffffff. besote
ResponderEliminarUna pinta increíble, lo probaré
ResponderEliminarLinda historia la tuya, que recuerdos mas bonitos, hay algun sitio donde no hayas estado ?? conoces todos los rincones de España,jejeje!! Oye que te veo ganadora del concurso,tu receta se lo merece,un besito!!
ResponderEliminarEs una entrada muy bonita, qué recuerdos tan preciosos tienes y que no hay que olvidar.
ResponderEliminarEsta morcilla me encanta, está muy rica y lo mejor de todo es que no repite nada.
Los canelones que has hecho te han quedado de lujo con su salsa de piquillos y los piñones.
Suerte en el concurso!
Besos.
Diooooooos, con esto ya me has matao!!!! adoro la morcilla, y asi como la has hcho tu suoer original y deliciosa, me encanta la receta, la foto lo dice todo, besos.
ResponderEliminarEttore
pues se ve delicioso!
ResponderEliminarme encanta la combinacion de sabores y la presentacion...una tapita de lujo y llena de recuerdos. un besote
que bueno helena y que facil, lo as bordado, un saludo, bueno como siempre, jajaja, adeuuu
ResponderEliminarAins el pobre, que penita. Una receta bien rica
ResponderEliminarMuy buena receta niña, y muy bien trabajada, da gusto ver trabajos así.
ResponderEliminarQué bonita entrada, que emotiva, y los canelones buenísimos tienen que estar!!
ResponderEliminarYo también tomaba esos desayunos con mis abuelos, hace años ya, pero el recuerdo no se va, eso era leche de verdad y las tostadas con pan de pueblo y la nata de la leche...una delicia
Besos
Que gusto leerte Helena, que bien me enseñas a cocinar, seguro que un premio te llevas. Tiene que estar buenísimo.
ResponderEliminarBelén
Los canelones te han quedado de lujo hija mía, con su salsa de piquillos y los piñones, tienen que estar buenísimos. Acompañados de un buen pan y un vaso de vino, como bien dices, menudo manjar.
ResponderEliminarbesines
Helena, como me gusta cuando los cocineros asocian sus recuerdos a un sabor!! la vida en el pueblo en los veranos también me trae muchas imágenes, la familia de mi padre había emigrado a Barcelona y volvían a Abenojar ( Ciudad Real ) cada verano, y allí que me enganchaba yo, y cuanto más mayor me hago más me vienen a la cabeza todos esos bailes, y comidas y costumbres que ya hemos perdido... ahora mismo pienso en las interminables noches sentados en la puerta de las casas con unas sillas de mimbre y charlando con los vecinos.... como siempre me ha encantado tu receta y tus recuerdos.
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